31 mayo 2022

#JoséAntonioSola - Secciones o procesos

José Casado del Alisal, Public domain, via Wikimedia Commons. La campana de Huesca1880, óleo sobre lienzo. Expuesto en el ayuntamiento de Huesca.
El cuadro recrea el momento final de la leyenda de la Campana de Huesca, cuando el rey Ramiro II de Aragón mostró a los nobles de su reino las cabezas cortadas, y dispuestas en forma de campana, de los principales nobles que habían desafiado su autoridad.


Secciones o procesos


Ando estos días pensando en un encargo reciente, es algo ya hecho con anterioridad pero que siempre da que pensar. Es la implantación de un sistema de contabilidad de costes en una empresa.

Al principio hay que decidir si se enfoca el cálculo del coste por secciones o por procesos. El producto final absorbe costes, es decir cuesta mas, al pasar su producción por una sección productiva, por ejemplo corte o secado, en este caso vemos los costes de esa sección por ejemplo nóminas, energía y otros gastos y los atribuimos a las unidades que se producen. Y podremos medir la eficiencia de esa sección. Es el caso menos complicado, pero la realidad es que los productos generalmente no pasan solo por una sección sino que suelen sufrir un proceso complejo de tareas, que hay que coordinar, por el que pasan por diversas secciones recibiendo cambios y la suma de los costes por proceso es lo que necesitamos, mas otros costes indirectos, para estimar el coste final, que dependerá de la eficiencia de las secciones productivas en su conjunto. Desde esa cifra de coste final determinaremos el precio de venta. Y eso es muy importante en tiempos de inflación.

Como no todos los lectores estarán familiarizados con la contabilidad pongamos un ejemplo de la vida para los no contables.

Un rey quiere tomar por asalto una ciudad y se lo encarga a un general.

El general tiene una orden de proceso, “tomar la ciudad”.

A sus órdenes hay diversas secciones. Está la infantería, la caballería, los diversos arqueros y ballesteros, zapadores, ingenieros, intendencia… en fin muchas secciones con sus jefes.

Da la orden, “dentro de un mes asaltaremos la ciudad y la tomaremos para nuestro rey”.

Lo que hay que hacer es un procedimiento, “las acciones para tomar la ciudad”.

Mañana reunión de jefes con el general. Vamos a coordinar el asalto.

Al inicio se dan órdenes: Que los gastadores con sus hachas corten árboles y construyan torres de asalto.

No es posible dice el jefe de los gastadores, eso produce un impacto. Necesitamos un informe favorable.

Bien dice el general. Se hace el informe. ¿Cuánto tarda?

Un año… y pico dice el jefe. El “Organismo Real Ambiental” debe consultar con las diversas comisiones de urbanismo, carreteras, patrimonio… y recoger sus informes…

Hay que acortar eso dice el general. El asalto es de “Interés del reino”. ¡Se hará ya!

Después, continúa el general, subiremos a los pisos más altos de las torres de asalto a los arqueros…

No es tan fácil dice el jefe de los arqueros, faltan mujeres arqueras. El acuerdo fue que las mujeres no eran ballesteras dada la fuerza necesaria para cargar las ballestas pero se acordó que la mitad de los arqueros fueran arqueras y no tenemos. Están subrepresentadas.

Bueno dijo el general, ordeno ir por los pueblos a reclutar arqueras y proceder a entrenarlas. Por las buenas o por las malas, añadió…

Bien, sigamos, en las plantas inferiores de las torres de asalto pondremos a los de infantería.

No es tan fácil dijo el jefe de los infantes, antes hay que resolver la cuestión del salario, exigen que se iguale con el salario de la guardia personal del rey.

Bueno, hay que acelerar eso, haced una promesa… luego ya veremos…

En este asalto, dijo el general, los ballesteros se quedarán fuera de las murallas dado el gran alcance de sus ballestas atacarán desde allí a los defensores de las murallas.

No será tan fácil, dijo el jefe de los ballesteros. Me han exigido entrar en la ciudad, dicen que tienen derecho a participar en las violaciones y el pillaje…

El general salió desesperado de la reunión y se fue a hablar con el rey. No se sabe lo que hablaron pero se sabe que la ciudad no fue asaltada y continúa independiente.

En épocas actuales también se enfrentan las secciones con los procedimientos.

Un emprendedor cualquiera inicia un negocio para ofrecer a los consumidores bienes y servicios que necesitan. Algo bueno para la sociedad.

Y tiene que pasar por las diversas secciones municipales, comarcales, provinciales, autonómicas y nacionales que las normas determinan.

Cada sección tiene a su vez que recibir informes favorables de otras subsecciones u organismos como comisiones, agencias, institutos…

Y todos y cada uno de ellos tienen que cumplir unas normas de diversa índole, unas para favorecer la economía circular, para no emitir CO2… en resumen para salvar al planeta, otras para favorecer diversos colectivos perjudicados o subrepresentados…protección de datos, blanqueo de capitales, inscripción de diversos registros descoordinados, envío de la misma información una y otra vez con distintas plantillas para distintos fines… procesos informáticos selváticos…

Las diversas secciones mantienen reivindicaciones de falta de financiación, de falta de personal, cuando no se quejan de un jefe ineficiente producto de algún pacto…

Es la eterna batalla de procesos contra secciones.

Por el camino hay intentos fallidos como la ventanilla única, que con un afán desmedido de acortar procesos (y evitar críticas) toma decisiones no meditadas.

Mejor no hablar de la famosa “declaración responsable” que consolida el derecho de la administración a ser lenta a perpetuidad.

No podemos olvidarnos de otro tema muy tratado como es el de las ayudas financieras que se ponen a disposición del emprendedor, no cuando le conviene, sino cuando le viene bien a la sección que las otorga, y casi siempre por tiempo limitado escaso.

El problema es: Si lo bueno para la sociedad es que la empresa prospere de forma eficiente ¿no deberíamos poner a las diversas secciones para favorecer de forma coordinada al procedimiento?

El problema no son los fines perseguidos, que serán buenos en la medida en que estén sustentados en normas legítimas, el verdadero problema es la desesperante falta de coordinación de una administración troceada, indiferente e inconexa.

¿Seremos capaces de resolver ese problema algún día?
 

NOTA

Si a alguien se la ha ocurrido que esto se resuelve con comisiones de coordinación que sonría y sea feliz.

La solución existe, consiste en hacer a cada sección pública interviniente responsable de forma solidaria del buen fin del proceso en su conjunto. El ciudadano que emprende situado en el centro del interés público. Todos comprometidos con el buen fin de la iniciativa. Es el futuro pluscuamperfecto. Ante tal demanda de responsabilidad veríamos caer de forma drástica el número de opositores y la ambición de cargos ejecutivos políticos. Solo quedarían los que asumieran como un deber propio la mejora de su país

¿El camino para llegar a esto? Es fácil, ya conocemos una solución aragonesa, la utilizó según la leyenda Ramiro II el monje, hizo con los poco comprometidos con la causa una campana que se oyó “en todo el reyno”.■

José Antonio Sola
Economista
jsola@reaf.es

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