04 septiembre 2022

#DaríoSanz - España rechaza alcanzar su independencia energética

Darío Sanz                 
Secretario General CCOO Unión Comarcal de Andorra

Reserva estratégica, interés general y la realidad del proceso de descarbonización en la Unión Europea


En este pasado mes de julio y muy concretamente el día 13 de ese mismo mes nos despertábamos con dos titulares que causaron cierta agitación entre los medios de comunicación locales y resignación y cabreo a partes iguales entre las familias trabajadoras, además de ninguna sorpresa entre las personas afines o que simplemente estén al tanto de las opiniones y declaraciones a lo largo de estos últimos años de la Unión Comarcal de CCOO del Bajo Aragón Histórico, Andorra y Cuencas Mineras. 

Por poner un ejemplo la agencia EFE y Reuters recogían las siguientes declaraciones en rueda de prensa y comunicados del gobierno alemán y su ministro de economía para la web “dw.com”:

“El Gobierno alemán aprobó este miércoles (13.07.2022) una regulación que permite volver a operar a las centrales eléctricas en base a carbón y petróleo que forman parte de la reserva energética con el fin de ahorrar gas”.

“permitirá a dichas plantas regresar al mercado eléctrico de forma temporal hasta finales del próximo invierno”.

“medida posibilitada por la aprobación la semana pasada de la nueva Ley de Centrales Energéticas de Reemplazo”.

“Con ello, reforzamos las precauciones y nos protegemos ante una agudización de la situación actual en el mercado energético”. "El objetivo prioritario de completar el abandono del carbón en Alemania hasta 2030 no se ve afectado”.


En esta pequeña nota informativa se dan una serie de datos e informaciones totalmente objetivas que nos permiten sacar una serie de conclusiones y plantearnos unas cuestiones fundamentales sobre la más rabiosa actualidad del proceso de descarbonización de la Unión Europea. Rabiosa sobre todo porque para España supuso el pistoletazo inicial de una precipitada carrera hacia la incertidumbre, dependencia, pérdida de soberanía y especulación financiera en un sector como es el de la producción energética, clave para cualquier país en cualquier momento de su historia.

Si el gobierno alemán ha podido lanzar una regulación de urgencia en forma de ley para afrontar el nuevo escenario de crisis energética y recesión económica es porque en primer lugar y aunque parezca mentira y redundante decirlo, se puede y se debe legislar de urgencia para tomar decisiones de este calado y en segundo lugar ha mantenido en el tiempo y no demolido sus centrales térmicas, manteniéndolas como reserva estratégica. Cuestión que siempre hemos defendido antes, durante y después desde CCOO y que era evidente para el resto de países. El que diga lo contrario y muestre sorpresa, o miente o vive en otro planeta, no se producen casualidades ni podemos hablar de mala o buena suerte en la planificación de sectores estratégicos, la evidencia reside en que lejos de llegarnos noticias sobre planes de desmantelamiento en el país germano nos llegaban de apertura de nuevas centrales. De esta realidad se desprende que España no necesitaba, ni lo estaba, ni está obligada a desmontar sus centrales y renunciar al carbón como reserva estratégica, teniendo de tiempo hasta el año 2030 para llegar a los objetivos impuestos por la UE. Objetivos que ya veremos donde quedan, pues a día de hoy nos encontramos con los índices más altos de quema de carbón en décadas.

Momento de la demolición de las torres de refrigeración de la Central Térmica de Andorra el pasado 13 de mayo.
 

El segundo titular producido “casualmente” el mismo día que la anterior noticia fue el de la decisión del Gobierno de España de aumentar la vida y dar la posibilidad de entrar en servicio a la central térmica de As-Pontes. Esta decisión en mi opinión, se da como un pobre intento de intentar aparentar un mínimo de sentido común y de Estado, y no quedar como los tontos de Europa. Qué casualidad que se dé esta posibilidad en la única central térmica que no puede usar carbón nacional y que va a usar carbón a muy alto precio traído desde los EEUU de América. Qué casualidad que las centrales térmicas se estén demoliendo con un orden tan estricto, pues debemos saber que la primera en ser desmantelada ha sido la nuestra, la de Andorra, la primera que entraba en servicio cada vez que era necesaria la incorporación de carbón al sistema eléctrico español para producir energía.

De estas dos noticias, situaciones y realidades y de cómo se está produciendo el desarrollo de los acontecimientos en nuestro entorno más cercano se desprenden esas o esa cuestión fundamental que nos deberíamos hacer la clase trabajadora en todo momento. ¿Se están tomando las decisiones desde el respeto al interés general de los españoles? Si la respuesta a esta pregunta es negativa deberíamos plantearnos la siguiente: ¿A quién y porqué le interesa y sale beneficiado de que España no pueda depender de sí misma en este contexto de crisis energética? Haríamos muy bien la clase trabajadora en hacernos más preguntas, buscar nuestras propias respuestas y plantear nuestras propias soluciones. Está claro que los que mandan van por otros caminos.■

 


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