17 agosto 2024

Susana Traver: «En el Matarranya tenemos un nexo de unión que es el idioma catalán»

La alcaldesa de Valjunquera, Susana Traver, en la puerta del Ayuntamiento la localidad /CyC


Si fuera ciclista profesional la alcaldesa de Valjunquera Susana Traver (1991) conseguiría el premio a la combatividad en todas las carreras. Aún era alumna del Instituto de Valderrobres cuando, por encima de los ideales asociativos juveniles, optó por la política como la mejor forma de servir a la sociedad. Fue la alcaldesa más joven de España con 23 años. Este mes de agosto cumplirá diez más y sigue con la cabeza llena de proyectos orientados siempre a mejorar la vida de los vecinos de su pueblo. Es muy gratificante oír decir a esta alcaldesa que “en el Matarranya los 18 pueblos tenemos un nexo de unión que es el idioma catalán y es lo que hace que aquí tengamos un sentimiento comarcalista muy arraigado”. Susana Traver está consiguiendo acabar, desde el ayuntamiento, con la existencia de viviendas más que vacías, abandonadas. O se alquilan o se ponen a la venta. Y además ha montado un servicio municipal de limpieza a domicilio que más pronto que tarde será aplicado en otros pueblos de la zona. Sería injusto afirmar que Susana Traver es arrolladora al hablar. Más apropiado es decir que entusiasma al conversar sobre la vida, sobre política local, en particular sobre su pueblo, Valjunquera, el pueblo de la comarca del Matarranya en que nació un 24 de agosto de 1991. Hace cuatro días. Felicidades, alcaldesa. Por Ramón Mur.

 

Ramón Mur (RM): Usted fue la alcaldesa más joven de España, ¿qué le hizo entrar en política a temprana edad?

Susana Traver (ST): Creer en las utopías. Con 16 años, yo pensaba que cada persona tiene que poner su granito de arena para mejorar la sociedad. Si se quieren cambiar las cosas, que se produzcan los mayores cambios posibles, solo se puede conseguir desde la política. Con 19 años fui concejal y con 23 alcaldesa. Antes, en Teruel me había enrolado en las juventudes socialistas. Durante mi primera legislatura como concejala, me marché dos años a Francia por estudios, y al regreso me presenté como primera en la lista socialista y salí elegida alcaldesa.

 

RM: ¿Qué piensa cuando oye hablar del “sanchismo autárquico” e incluso tiránico que, según algunos, impera en España?

ST: Ya no es sanchismo o no sanchismo. Yo creo que mucha gente se toma la libertad de opinar y faltar a cualquier persona. Cualquiera puede comentar un tema sin saber nada de él. Por supuesto que hay que practicar la libertad de expresión y hay que defenderla. Pero eso no significa que cualquiera pueda faltar a mi persona o a la actitud que yo tenga. Pues eso está sucediendo a todas horas y en todas partes, también en los pueblos pequeños: cualquier persona por el mero hecho de ser alcalde, concejal o presidente de gobierno, está expuesto a ser insultado. Hemos llegado a un momento en que la sociedad tiene una idea tan nefasta de lo que es cualquier representante político que ya no hay nadie que no se sienta con derecho a hablar mal de nosotros por el mero hecho de ostentar un cargo público. Y todo se agranda mucho más con los enfrentamientos entre los propios políticos, la proliferación de noticias faltas cada día, etcétera. Son tantos los ataques que percibes que no es extraño que en los pueblos pequeños pueda pasar lo que pasó en Monroyo: que nadie quiere presentarse a representar a su pueblo.


«Los medios de comunicación influyen mucho, también en los pueblos pequeños porque no nos abstraemos de las polémicas que existen en la sociedad. Aquí quizá se debate menos sobre el problema saharaui pero sí sobre Catalunya o el salario mínimo interprofesional. Creo que cada vez hay más gente que lee menos y opina más»

 

RM: ¿Entonces, la polarización política se da también en Valjunquerra, en el Matarranya y en el Bajo Aragón histórico?

ST: Sí, también existe aquí, se da en todas  partes. Políticamente hablando, en España hubo un cambio muy importante hace diez o doce años. Veníamos de un país en el que el bipartidismo era lo habitual hasta que empezaron a surgir nuevos partidos políticos que nacieron un poco por el cansancio social de solo poder elegir entre dos partidos. Y ahora nos encontramos con que tenemos un espectro político más amplio y con la irrupción de la extrema derecha se están reproduciendo debates que parecían olvidados. Hay que abrir el abanico y existe la necesidad de negociar, que en política es muy importante. Estos años he aprendido que negociando es como mayores logros se consiguen. Pero estamos en un momento en que se vuelve a hablar en el bar del franquismo o sobre si existe o no violencia de género. Y esto no es bueno. Los medios de comunicación influyen mucho, también en los pueblos pequeños porque no nos abstraemos de las polémicas que existen en la sociedad. Aquí quizá se debate menos sobre el problema saharaui pero sí sobre Catalunya o el salario mínimo interprofesional. Creo que cada vez hay más gente que lee menos y opina más. 


Susana Traver junto a las viviendas para alquiler social promovidas desdel el Ayuntamiento de Valjunquera.

 

Ahora resulta que hay casas tan rentables por el turismo, que se alquilan a los mismos precios que en Barcelona, pero no las hay para recibir nuevos pobladores y asentar población.

 

Buscando entre las subvenciones que existen a nivel estatal, autonómico, provincial o de fondos europeos, hemos creado un servicio de limpieza local a domicilio atendido por un trabajador subvencionado, menor de 30 años.

 

RM: ¿El turismo empieza a ser un peligro? ¿Cree que tiene sentido que en nuestra tierra despoblada gritemos contra el turismo?

ST: La masificación turística es un problema que se debía de haber diagnosticado con anterioridad. Lo que no se puede hacer es seguir promocionando zonas que ya han alcanzado un nivel turístico más que suficiente porque se está traspasando el límite de tal manera que se puede convertir en una gran peligro social. Un ejemplo puede ser Beceite donde no existen las condiciones adecuadas de seguridad para recibir 5.000 personas en El Parrisal con un único punto de entrada y salida. Ahora mismo se produce allí un incendio y podrían morir  personas en esta localidad tan ultra turística del Matarranya, por muchos sistemas de emergencia que se utilicen. ¿Por qué no nos planteamos un turismo más sostenible? Sostenible ya no solo en el aspecto medioambiental sino también en el social y económico. En el Matarranya hace muchos años que el Turismo se orienta hacia Valderrobres, Beceite o Calaceite. Y desde las instituciones seguimos promocionando esos mismos puntos. ¿Por qué no promocionamos Rafales, declarada conjunto histórico-artístico por Patrimonio? ¿O Pena Roja, que tiene una normativa urbanística dentro del casco histórico? Seguimos vendiendo siempre las mismas zonas sobresaturadas de turismo para dar las migajas a los pueblos del entorno. Por ejemplo en un municipio tan sobresaturarado turísticamente como Beceite, durante el verano sus vecinos se tienen que ir fuera porque no encuentran sitio ni para aparcar sus vehículos.


RM: ¿Cree que las Casas de Turismo rural están dando el resultado esperado? ¿A qué se debe que incluso algunas urbanizaciones proyectadas para el turismo en pueblos pequeños estén cerradas sin haberse inaugurado tan siquiera? 

ST: En su inicio, las casas de turismo rural nos abrieron al mundo, pero ahora se han convertido en un problema porque nos encontramos con el problema  que los jóvenes quieren sacarle la máxima rentabilidad económica a las casas que heredaron en el pueblo y las han reconvertido en viviendas de alquiler. Es decir, ahora resulta que hay casas tan rentables por el turismo, que se alquilan a los mismos precios que en Barcelona, pero no las hay para recibir nuevos pobladores y asentar población. Cada día hay más viviendas destinadas al turismo que al desarrollo local. Lo que un día fue positivo y nos dio a conocer al mundo, a día de hoy, al menos en algunas zonas, se ha convertido en un problema.


«La gran industria no solucionaría los problemas del medio rural. Nosotros tenemos que ir por la vía de las PYMES, no de las grandes industrias»

 

«Sobre un tema tan importante como el lingüístico, en Aragón tenemos más discusiones que debates»

 

«Yo hablo catalán, me siento aragonesa, turolense y de Valjunquera. No hay ningún problema. No soy catalana ni lo quiero ser. Pero sí hablo catalán, lo han hablado mis padres, lo hablaron mis abuelos y ojalá tuviera la posibilidad de saberlo escribir»


«Llega un momento en que nuestra legua [materna], por culpa del debate social existente, en lugar de unirnos nos divide»

 

RM: Ustedes han puesto en marcha en Valjunquera un proyecto de vivienda social que parece ejemplar…

ST: Nosotros empezamos viendo la necesidad que existía entre la gente. Las instituciones públicas no están para competir con la empresa privada, siempre y cuando ésta ofrezca el servicio que se precisa. Si una empresa privada tiene una tienda en el pueblo, el ayuntamiento no va a generar otra tienda porque esa necesidad ya está resuelta. Pero cuando no existe vivienda de alquiler, como era nuestro caso, el ayuntamiento intervino para dar una solución al problema. Lo que hicimos fue buscar todas las casas vacías que había dentro del pueblo, localizar a sus propietarios y comprobar por qué no se alquilaban ni vendían esas casas. Desde el ayuntamiento, intentamos dar las máximas facilidades a los propietarios que vivían fuera para que las alquilaran o las pusieran a la venta. ¿Cuándo diagnostiqué este problema? ¡Existir, existía desde hacía  muchísimos años! ¿Cuándo lo detecté? Cuando casi me quedo sin dos funcionarias municipales la secretaria y la alguacila porque no tenían donde dormir. Si nos cuesta encontrar personal cualificado y cuando damos con él no tiene dónde vivir en el pueblo, ¿cómo iba yo a mantener a esas dos trabajadoras municipales? Realmente, ahí fue cuando surgió la necesidad y vi que no solo es un problema del ayuntamiento sino que hay muchos jóvenes que se quieren emancipar y actualmente no pueden. Hoy tenemos cinco viviendas de alquiler gestionadas por el ayuntamiento y en octubre tendremos cuatro más, construidas de nueva planta.


Susana Traver fue la alcaidesa más joven de España en 2015 con 23 años; esta es su tercera legislatura al frente del consistorio valjunquerano.


 

RM: Otro producto estrella de su gestión es el servicio municipal de limpieza a domicilio, ¿ no es así? 

ST: En todas las comarcas existe el servicio asistencial como competencia que el Gobierno les transfirió. Pero nosotros hemos querido ofrecer una variable a este servicio desde el ayuntamiento. Buscando entre las subvenciones que existen a nivel estatal, autonómico, provincial o de fondos europeos, hemos creado un servicio de limpieza local a domicilio atendido por un trabajador subvencionado, menor de 30 años, varón, que hace limpieza por las casas a 5€ la hora y que fue presentado como contratado por el ayuntamiento. De momento, hemos puesto el servicio piloto en marcha para 12 meses. El trabajador es un joven musulmán. Quizá que fuera extranjero hizo recelar algo al vecindario por encima de las reservas que existen en los pueblos a que nadie entre en nuestras casas porque va a romper nuestra intimidad. Pero, en este momento, la demanda de horas ya supera a la oferta que podemos hacer con un solo trabajador contratado.


RM: Si el progreso depende de la industria, ¿cómo es posible que todas las nuevas plantas industriales se establezcan siempre en un radio de 60 kilómetros de Zaragoza?

ST: Yo no creo que la industria sea la salvación del medio rural. Son muchos factores los que influyen para que venga industria. Por otra parte, también hay que tener en cuenta que cualquier tipo de industria no tendría cabida en nuestro medio. Es verdad que nos falta mano de obra cualificada y también de peonaje. Hay que crear nuevos puestos de trabajo, pero a pequeña escala. La gran industria no solucionaría los problemas del medio rural. Nosotros tenemos que ir por la vía de las PYMES, no de las grandes industrias.

 

RM: ¿La comarcalización de Aragón ha dado los frutos esperados? ¿Hasta qué punto son compatibles las comarcas con las Diputaciones Provinciales?

ST: Las comarcas no funcionan, a excepción de la nuestra y de alguna otra que se me escapa. La comarcalización no ha cuajado en Aragón porque no existe sentimiento comarcalista. Igual que para pertenecer a un pueblo tienes que sentirte de ese pueblo, para ser de una comarca hay que sentirse parte de ella. ¿Por qué en el Matarranya tenemos sentimiento comarcalista? Porque tenemos un nexo de unión que es el [idioma] catalán. En esta comarca, los 18 pueblos que la conforman, tienen una diferenciación con otras poblaciones, que es la lingüística y que está en el hecho de “¿dónde naces, qué hablas?” Repito, donde no hay sentimiento comarcalista, la comarca no sirve. La comarca tiene que servir para mancomunar servicios en el medio rural.


Ramón Mur junto a Susana Traver en un momento de la entrevista.


RM: ¿Cree que la comarca del Matarranya gestiona como corresponde el hecho de que sus 18 pueblos sean bilingües? ¿No es hora ya de que todos los centros escolares de la comarca sean regularmente bilingües?

ST: No es cuestión de si la comarca lo gestiona bien o mal, lo gestionamos mal en todos y cada uno de los 18 municipios del Matarranya. Porque existe un debate en el que opina más cualquier persona que un doctor en filología catalana o hispánica. Y el debate está en si hablamos catalán u otro idioma llamado chapurriau, lapao o lapapí. Llega un momento en que nuestra lengua, por culpa de este debate, en lugar de unirnos nos divide. ¿Por qué? Porque se llama catalán. A mi no me parecía mal que se llamara “catalán propio de Aragón”, pero la polémica en torno al independentismo catalán está por encima de lo que nosotros hablamos, y eso es lo que a mí me molesta. Y las instituciones empeoran el problema todavía más cada vez que entran en el debate de la cuestión. Pienso que en ese debate social deberíamos preguntarnos todos por qué esta tan mal decir lo que muchos opinamos en esta comarca: que yo hablo catalán, me siento aragonesa, turolense y de Valjunquera. No hay ningún problema. No soy catalana ni lo quiero ser. Pero sí hablo catalán, lo han hablado mis padres, lo hablaron mis abuelos y ojalá tuviera la posibilidad de saberlo escribir. Pero ocurre que si nosotros mismos no damos importancia al idioma que hablamos y hasta nos reímos o avergonzamos de hablarlo, no debe extrañarnos que otros se mofen de nosotros. Por suerte, durante muchos años este asunto no generaba disputa ni problema alguno. Hasta que rebrotó el independentismo catalán y otra vez volvió la controversia sobre qué tipo de idioma hablamos. Y con esto lo que conseguimos es que la lengua en lugar de unirnos nos divida y que nuestra propia lengua se vaya castellanizando cada vez más. El manifiesto de Mequinenza (1984) lo firmaron 17 alcaldes valientes que hablaban catalán y pidieron a las instituciones aragonesas que les dejaran impulsar el catalán de Aragón. El problema que tenemos es que como no nos ponemos de acuerdo ni en la nomenclatura del idioma que hablamos, mal podremos pactar la gramática que vamos a facilitar a nuestros hijos para que aprendan a leer y escribir en el catalán propio de Aragón.


«Los promotores de los parques eólicos tienen la obligación de contar con la opinión de los pobladores, negociar con ellos y no pretender imponer un proyecto por beneficioso que pueda resultar»

 

 «La gestión de los purines en la comarca del Matarranya sigue sin estar resuelta»

 

RM: Marcelino Iglesias consiguió pactar la primera Ley de Lenguas de Aragón con la CHA. ¿No cree que el partido socialista se ha relajado bastante en la promoción del bilingüismo en las zonas de habla catalana?

ST: Sí. Porque socialmente existen, dentro de todos y cada uno de los partidos, militantes que opinan que hablan chapurriau y otros que dicen que lo que hablan es catalán. Por tanto, al final, es difícil de gestionar un problema tan delicado como éste dentro de un partido político, porque es un problema de identidad. Nosotros hemos conseguido tener al menos la optatividad para la enseñanza del catalán en Aragón y creo que el acuerdo de Mequinenza abrió las puertas por primera vez en la historia de Aragón a que se pudiera incluir el catalán en el sistema reglado de enseñanza. Pero no hemos avanzado porque tenemos más discusiones que debates sobre un tema tan importante.


RM: ¿Cree que es justificable que los alcaldes de los pueblos bilingües solo se dirijan a sus vecinos en castellano?

ST: Tenemos un problema y es la no regularización de la lengua. Mientras exista esa falta de regularización… Yo hacía todos los plenos en catalán porque tenía la suerte de contar con una secretaria de la zona y conocía nuestro idioma. Ahora no es posible. Si los funcionarios no nos entienden… Cuando yo contaba en ciertos espacios que yo hacia los plenos en catalán y luego se transcribían las actas al castellano, muchos se extrañaban. Ni siquiera sabemos hacer publicidad de lo bueno que es y lo que enriquece a los niños y niñas que hablen dos idiomas a la vez. ¡Si hay gente, por raro que parezca, que no sabe que en Aragón se hablan otras lenguas además del castellano! En fin, que mientras no se regularice el uso de la lengua, es muy difícil hacer actos oficiales en catalán. En otro tipo de actuaciones, como las culturales, por ejemplo, es más fácil utilizar el catalán y muchos lo hacemos.


«Los mismos que en su momento promovieron un hospital privado para Alcañiz, ahora inaugurarán sin empacho un hospital público que en su momento rechazaron»

 

«Si los padres de niños en edad escolar son proactivos en favor de la escuela local, más pronto que tarde habrá centro  escolar en el pueblo»

 

«Con la Feria de la Tapa de Valjunquera hemos logrado dar a conocer al pueblo hacia el exterior y reforzar la unidad entre los vecinos»

 

RM: ¿Su vida ha estado siempre ligada a Valjunquera, nunca ha necesitado emigrar a una ciudad? ¿Cree que las nuevas generaciones están más asentadas en el lugar en que nacieron?

ST: Me ausenté durante cinco años y medio pero siempre quise volver. Estuve completando estudios en Francia. Luego oposité a plaza de Educación Infantil en Mazaleón y fui también educadora de Adultos. He procurado adaptarme a trabajos que permitieran vivir en el lugar donde nací. Yo tuve siempre claro que quería volver al pueblo. La generación anterior a la mía había emigrado y cuando yo opté por establecerme en Valjunquera pude haberme sentido desplazada pero no fue así porque siempre he tenido un sentimiento muy arraigado de pertenencia a mi pueblo.

 

RM: ¿El futuro en estos pueblos pinta mejor para las chicas que para los chicos o es al revés?

ST: En el pueblo existen las mismas dificultades para las mujeres que en cualquier parte del mundo globalizado en que vivimos. En la primera entrevista laboral que  me hicieron en mi vida me preguntaron si pensaba ser madre. No sé de ningún hombre al que para acceder a un puesto de trabajo la hayan preguntado si tenía intención de ser padre. En el pueblo la diferencia de género tiene alguna peculiaridad puesto que las mujeres, aunque trabajen como los hombres, luego sí que es verdad que la vinculación a la familia sigue siendo mayor en el caso de las mujeres puesto que les toca más que a los hombres no solo la crianza de los hijos sino también la atención a los mayores dependientes, que ahora hay muchos.

 

RM: El Matarranya está de moda desde hace años y algunos la llaman la Toscana española. ¿Qué supone Valjunquera en el conjunto de la comarca?

ST: Valjunquera es uno de los 18 pueblos de la comarca del Matarraña, ni muy grande ni muy pequeño sino de tamaño medio. Digamos que es un pueblo tranquilo sobre el que recaen las migajas que quedan después de atender a las localidades con mayor afluencia turística. Creo que existe una labor clara en los 18 municipios para intentar compartir entre todos el mayor número posible de servicios. En Valjunquera procuramos mantener una buena relación con los pueblos vecinos sin mirar al color político de quienes los gobiernan. Por ese sentimiento de comarcalización del que hablábamos antes. Desde hace unos años tenemos en la comarca algunas representaciones culturales rotativas como ‘El Matarranya Intim’ que ya pasó por Valjunquera. Cualquier actividad de este tipo refleja el sentimiento de pertenencia a un grupo humano muy determinado.


RM: Usted fue diputada provincial. ¿De verdad, cree y siente que definitivamente Teruel ya no está lejos sino más cerca que nunca del Bajo Aragón?

ST: Necesitamos mayor descentralización de la que tenemos, sin duda. Pertenecemos a una provincia cuya capital no está en el centro geográfico de la misma. Nosotros vivimos más cerca de Zaragoza o Tarragona que de Teruel. De Teruel capital, aquí muchos no saben ni dónde está el torico. En los pueblos pequeños siempre tenemos alguna referencia urbana que en nuestro caso es más Zaragoza que Teruel. Y en las ciudades pasa que todas viven en gran medida de los pueblos, como le ocurre a Zaragoza.

 

RM: ¿Los parques eólicos son el futuro? ¿Cree que se están proyectando en el Bajo Aragón de forma regular y correcta?

ST: Francamente, no. Lo primero que hay que decir de este asunto es que precisa con urgencia de una mayor y mejor planificación de la que ha tenido hasta ahora. En segundo lugar, es preciso que los promotores de los parques cuenten con los pueblos. No tienen que venir a imponer nada sino a negociar. Por otra parte, los residentes en pueblos como el mío debemos pensar más allá de nuestros intereses particulares. Quiero decir que si aquí no queremos estas macro instalaciones de nuevas energías por preservar nuestro paisaje y nuestro medio natural, deberíamos recordar que en otros sitios tampoco los quieren. Y debemos pensar que, aunque no la queramos, también necesitamos una energía que sin duda es más limpias que todas las demás. El caso es que estas nuevas plantas energéticas exigen una gran inversión, son muy caras. Y tampoco debemos, por supuesto, consentir que alguien piense que en estas zonas rurales semi despobladas la instalación puede resultar menos problemática. Quien piense así comete un grave error. Es muy importante que se controle el impacto de estas instalaciones en nuestro medio desde todos los puntos de vista. Nosotros consultamos esta cuestión con el pueblo y el 72% se pronunció en contra y por supuesto que respetaremos este resultado. Pero este asunto no depende exclusivamente de los gobiernos municipales, aunque nuestra opinión sea importante. Por otra parte el debate producido entorno a este asunto ha producido efectos colaterales muy graves en forma de enfrentamientos entre vecinos cuyas heridas tardarán mucho tiempo en cicatrizar, por desgracia.

 

RM: La gestión de los residuos y purines de las granjas de ganado porcino ha sido un problema de los últimos años en esta comarca. La administración autonómica puso en marcha algunos proyectos con diferente resultado. ¿Cree que en este momento se ha dado con la mejor solución?

ST: No se ha dado con la solución, está claro. Y es un asunto de vital importancia porque contra lo que algunos piensen en el Matarranya la principal fuente de riqueza a día de hoy está en el sector primario, empezando por la ganadería que genera empleo y es fuente incluso de desarrollo social en muchos pueblos. Pero, ¿qué hacemos con los residuos? El sector privado ganadero no puede hacer frente a un servicio de muy alto coste económico y tienen que intervenir las instituciones públicas. En su día se creyó, entiendo que por desconocimiento, que una gestión mancomunada de purines en el Matarranya a través de plantas de reconversión en bio-gas iba a funcionar. Han pujado varias empresas sin resultado. Un sistema así solo funciona en Lérida porque allí hay más macro-granjas que aquí. Ahora el grupo Arco Iris se ha quedado la gestión tanto de la planta de Valderrobres como de la de Pena roja y veremos qué frutos da porque acaban de empezar.


RM: La asistencia sanitaria es otro gran problema de los pueblos pequeños. ¿Cree que el nuevo Hospital Comarcal de Alcañiz estará preparado para dar el servicio que demanda la comarca?

ST: En el Matarranya, Valjunquera es el único pueblo que pertenece al centro de salud de Alcañiz y tenemos garantizada la asistencia médica de lunes a viernes durante todo el año. El nuevo Hospital de Alcañiz es otra historia. Seguro que va a ser positivo contar con un nuevo centro hospitalario de carácter comarcal. Pero es curioso que este proyecto empezó a plantearse como privado, lo que ya nos costó dinero vía impuestos, y ahora que va a ser de gestión pública, inaugurarán sin empacho su puesta en marcha quienes lo promovieron en primera instancia como hospital privado. Parece que el nuevo hospital contará con servicio de UVI, lo que va a representar una gran mejora para los pueblos de la zona. La atención sanitaria desde este nuevo hospital, va a ser superior sin duda alguna.

 

RM: ¿Los pueblos con cinco niños deben tener escuela propia o es usted más partidaria de una cierta concentración escolar mínima en varias localidades?

ST: Hay que dar a los pueblos la posibilidad de contar con los servicios más principales, como es la Escuela. Pero todo depende de que la población quiera tener el centro escolar en el pueblo o prefiera que sus niños vayan a otra localidad para que se relacionen con otros convecinos de su edad. En todo caso, si los padres con niños en edad escolar son proactivos en favor de la escuela local, más pronto que tarde tendrán centro escolar en el pueblo.

 

RM: Nuestros pueblos tienen menos población que en otras épocas pero sus pocos pobladores son más mayores que nunca. ¿Los ve suficientemente bien atendidos?

ST: Sí. Pero siguen existiendo ciertas necesidades que debemos mejorar. En cada pueblo, por otra parte, no puede haber una residencia de mayores, eso es imposible porque no sería rentable. Pero existe la posibilidad de realizar, desde las instituciones, ciertas reconversiones en los domicilios de mayores no dependientes, por supuesto. Mientras no sea del todo dependiente, donde mejor está una persona mayor es en su propio hogar. Y las casas de nuestros pueblos están muchas veces muy bien preparadas para recibir ciertas atenciones que se pueden prestar desde las instituciones, como es el caso de servicio municipal de limpieza a domicilio que hemos puesto en marcha en Valjunquera y del que hablé antes. Otra atención que se puede prestar es la de la mejora para los traslados de mayores entre los pueblos de la zona.


RM: ¿Cuál es el día grande del año en Valjunquera?

ST: La feria de la Tapa que se celebra el primer fin de semana de junio. La pusimos en marcha con la intención de mejorar la convivencia entre los vecinos y con el propósito de dar a conocer nuestro pueblo. Es como un revulsivo para poner a Valjunquera en el mapa. Pretendíamos también con esta iniciativa dar a conocer nuestro producto estrella como es el aceite de oliva de la Cooperativa San Miguel. Y, por fin, con la feria de la tapa, hemos querido hacer de Valjunquera un pueblo unido porque cuando yo entré en el ayuntamiento en 2013 como concejala, con 19 años, estaba más dividido que ahora.

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