06 diciembre 2023

#FranciscoJavierBaigorri - Reflexiones para una nueva etapa política tras el 23-J


Francisco Javier Baigorri
Concejal PSOE Alcañiz

Reflexiones para una nueva etapa política tras el 23-J


El jueves 16 de noviembre salió elegido Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, que comunicó su gabinete el lunes 20. Así se cerró el proceso de negociaciones entre fuerzas políticas motivado por las elecciones generales anticipadas celebradas el pasado 23 de julio que llevaron a una situación política muy fragmentada, en la cual lo importante era la capacidad de generar alianzas (y confianzas) en aras a, primero, votar una investidura y, segundo, mantener una mayoría suficiente para gobernar tras dicha investidura.

He oído muchas críticas al hecho de que no gobierne el partido más votado, pero aquellos que critican suelen obviar, y olvidar, que en Alcañiz en las elecciones municipales de 1979 ganó el PSOE y no gobernó, y que en las elecciones autonómicas de Aragón de 1987 y 1991 el PSOE fue el partido más votado y no gobernó, sin que el PSOE cuestionara la legitimidad de José María Pascual (en Alcañiz) ni de Hipólito Gómez de las Roces o Emilio Eiroa a nivel aragonés. En el caso de Eiroa en 1991, la coalición PAR-PP sumaba 34 escaños y 278.000 votos, frente a los 33 escaños y 288.000 votos de PSOE-IU. Nadie cuestionó la legitimidad de Eiroa, aunque me pregunto qué se hubiera dicho ahora si se hubiera dado el mismo caso pero al revés.

Y es que al final se trata de sumar escaños. Les voy a decir algo que les va a sorprender: los partidos de derecha ganaron las elecciones, porque de derechas son PNV y Junts. Si esto es así, y es algo que dudo se me pueda discutir, entonces la pregunta es muy sencilla: cómo fue posible que el PP no consiguiera llegar a la cifra mágica de 176 diputados en la fallida investidura de Feijoo, porque números para ser presidente tenía, y no es por la frase de Feijoo de que no ha querido, porque ofertas a PNV y Junts se han hecho. La respuesta es fácil, y ya la dijo el portavoz del PNV: “Alberto, tu tractor tiene gripado el motor por usar aceite VOX”.

Y es que ése es quid de la cuestión. En 1996 Arzalluz o Pujol no tuvieron problemas para pactar con el PP de Aznar, pero la aparición de una fuerza tan tóxica como Vox imposibilita al PP obtener los números suficientes para gobernar, a pesar de los tanteos y las ofertas que se hicieron llegar tanto a PNV como a Junts, y es que cuando una fuerza como el PNV te da públicamente tres veces con la puerta en las narices como le ha hecho al PP, es para hacerse mirar qué se ha hecho mal.

Pero más allá de la cuestión de la investidura, la pregunta clave es para qué acceder al poder. Sé que para algunos eso es un fin en sí mismo, pero el objetivo de presentarse a unas elecciones y, a ser posible, gobernar, es proponer, defender y ejecutar un programa para mejorar la vida de la gente, para que ésta pueda decir pasados cuatro años que viven mejor que en 2023, y eso se consigue generando consensos en España y en el exterior, muy en especial en Europa. Igual no se han enterado, pero este semestre España tiene la presidencia de la Unión Europea, y esto significa un esfuerzo de coordinación de 27 países para entre todos acordar una política común en materia exterior, economía, industria, etc., lo que implica una capacidad de generación de consensos que será muy necesaria en el Congreso actual.

Además, es en Europa donde se toman las grandes decisiones que afectan a España, desde defender la PAC para los agricultores hasta los fondos Next Generation para la transformación productiva (los famosos PERTE) que pretenden modernizar nuestro sistema productivo, optimizando su capacidad de internacionalización y su productividad, lo que permitirá aumentar el empleo y mejorar los salarios. Para este fin se han conseguido movilizar desde Europa nada menos que 140.000 millones para España, que es una cuantía prácticamente sin precedentes y que debe ayudar a reformar nuestro modelo productivo.

Y es que el objetivo final sigue siendo el mismo que en 1986: converger con Europa, en renta, en productividad, en tasa de ocupación y en protección social, porque somos miembros orgullosos del club europeo del 7-25-50, es decir, que con el 7% de la población mundial tenemos el 25% de la producción (lo que implica productividad y salarios) y el 50% del gasto social (modelo europeo).

Y para conseguir esta convergencia tenemos que actuar en toda una serie de cuellos de botella que limitan nuestro crecimiento. El primero es la vivienda. Desde la crisis inmobiliaria y financiera del 2008 hemos visto cómo se contraía la oferta de vivienda, hasta el punto de que la oferta anual es muy inferior a la demanda, en especial en zonas urbanas, lo que ha llevado a un fuerte incremento del precio de la vivienda tanto de venta como en alquiler, que está llegando a precios inasumibles, en especial para los jóvenes. Por ello, desde el gobierno central se va a apostar fuertemente por promover vivienda pública, en especial en régimen de alquiler, para lo cual se necesitará la colaboración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y esperamos que tanto el nuevo Gobierno de Aragón como el Ayuntamiento de Alcañiz estén a la altura. De Momento, el Ayuntamiento de Alcañiz ya ha renunciado a una subvención ya concedida para construcción de viviendas de alquiler, pero esperemos que en esta nueva ocasión sí fructifique la iniciativa.

Se quiere también, con consenso, mejorar las relaciones laborales, para seguir avanzando en la mejora del empleo y de las condiciones laborales, además de en otros elementos del escudo social como en dependencia o mejora de las pensiones, que en muchos casos han actuado como la auténtica red social que nos ha protegido en las últimas graves crisis.

La oposición ha criticado todo este programa alegando la inconstitucionalidad de la amnistía presentada como proposición de ley en el Congreso, además de considerar que vulnera la separación de poderes. A tal respecto, hay que decir, en primer lugar, que cualquier norma jurídica está sujeta al control judicial, tanto por presuntos recursos que puedan plantear grupos políticos como por eventuales cuestiones de inconstitucionalidad que eleven los tribunales, luego hay un control de los tribunales, no sólo españoles, sino también europeos (recuerden, estamos en la Unión Europea) luego por tanto, toda la discusión acerca de la legalidad o no de una norma non nata es un poco artificial porque, al final, quedan las garantías de un Estado de Derecho como el existente en España y en toda Europa.

Pero, en segundo lugar, está el debate político, lo que se pretende con la apuesta por la amnistía (sí, es una apuesta), y es cerrar el debate del independentismo y retornar la discusión a la esfera política. El independentismo pretendió escindir Cataluña enfrentando media Cataluña con la otra mitad, y lo que se está pretendiendo con este proceso es, primero, desinflar el suflé independentista al perder apoyo popular, como se ha visto el 23-J y, en segundo lugar, modificar el debate en Cataluña de forma que deje de ser un debate independentistas/no independentistas, lo cual fractura a la sociedad, para que empiece a ser un debate acerca de propuestas, es decir, se está pretendiendo normalizar Cataluña. El éxito de esta apuesta nos conviene a todos los españoles, independientemente de a quién se haya votado.■

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