El último iluminado
Pareciera que en algunas ocasiones, determinados políticos no pretenden el poder de manera proactiva sino reactiva. Es decir, no para proponer si no para oponerse a los otros o simplemente a lo que hay, sin más discurso que el desmantelar lo construido mejor o peor por otros.
El comprensible hartazgo de las clases populares y trabajadoras por la ineficacia de las políticas que durante los últimos 25 años han sufrido, están favoreciendo la aparición de monstruos políticos que subidos a la ola de descontento popular, han sabido aprovechar el momento, generando expectativas e ilusiones irreales, para alcanzar el poder. Generando ilusiones unos y desempolvando el orgullo patrio otros, de viejas gestas e imperios perdidos que ya no van a volver pero que se inspiran de ellos para convencer a las clases trabajadores de que pueden volver a vivir en un gran país, aunque este país de relumbrón no les permita un trabajo digno ni unos servicios públicos de calidad, porque esto ya tal… como diría algún expresidente del gobierno de este país. Todo palabrería peligrosa que siembra un campo minado para generaciones futuras.
El último iluminado ha aparecido en Argentina, autodenominado como “el loco” Milei. Un político que tiene como principal estrategia desmantelar el esquelético estado que ya tiene Argentina. Privatizar educación, sanidad, infraestructuras, etc., llegando a despenalizar la compra-venta de órganos. Todo para mayor gloria del libre mercado, que es el que piensa, o quiere hacer pensar a los argentinos, que lo solucionará todo.
Pobres porteños; la destrucción social de su país por la locura anarcocapitalista del último iluminado de la clase. A otros les tocará reconstruir la patria, o lo que quede de ella. Esperemos que “el loco” se aburra pronto de su nuevo juguete.■
El comprensible hartazgo de las clases populares y trabajadoras por la ineficacia de las políticas que durante los últimos 25 años han sufrido, están favoreciendo la aparición de monstruos políticos que subidos a la ola de descontento popular, han sabido aprovechar el momento, generando expectativas e ilusiones irreales, para alcanzar el poder. Generando ilusiones unos y desempolvando el orgullo patrio otros, de viejas gestas e imperios perdidos que ya no van a volver pero que se inspiran de ellos para convencer a las clases trabajadores de que pueden volver a vivir en un gran país, aunque este país de relumbrón no les permita un trabajo digno ni unos servicios públicos de calidad, porque esto ya tal… como diría algún expresidente del gobierno de este país. Todo palabrería peligrosa que siembra un campo minado para generaciones futuras.
El último iluminado ha aparecido en Argentina, autodenominado como “el loco” Milei. Un político que tiene como principal estrategia desmantelar el esquelético estado que ya tiene Argentina. Privatizar educación, sanidad, infraestructuras, etc., llegando a despenalizar la compra-venta de órganos. Todo para mayor gloria del libre mercado, que es el que piensa, o quiere hacer pensar a los argentinos, que lo solucionará todo.
Pobres porteños; la destrucción social de su país por la locura anarcocapitalista del último iluminado de la clase. A otros les tocará reconstruir la patria, o lo que quede de ella. Esperemos que “el loco” se aburra pronto de su nuevo juguete.■
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