Begoña Pérez Garasa. Secretaria General de Servicios a la Ciudadanía de CCOO Aragón |
¿Por qué son necesarias las Organizaciones Sindicales de clase obrera? (Aunque no os lo parezca)
Desde que tuve mi primer trabajo con contrato tuve claro que tenía que afiliarme a un sindicato de clase trabajadora. Era un contrato temporal (3 meses) y no me iban a renovar, me lo dijo el patrón el primer día. Era como dependienta en una tienda que, en realidad, era una tintorería. Tenía que realizar trabajos de superior categoría (que no me iban a pagar porque era “novata”), usar unas máquinas que no había visto en mi vida y manejar unos productos con unos dibujos con calaveras (por lo tóxicos que eran, claro está). Tenía 18 años recién cumplidos y una ilusión tremenda porque iba a ser MI PRIMER TRABAJO.
Terminé denunciando al dueño porque no me pagó el último mes de un salario por debajo del convenio. Como me hizo ir dos días a cobrar el cheque, pero no me lo daba, me fui a Comisiones Obreras, me afilié y me atendió el abogado para presentar los papeles en el Servicio de Mediación y Arbitraje. El patrón no quiso pagar y tuvimos que llegar al juzgado. Como se declaró insolvente (¿?) me acabó pagando el FOGASA. La cantidad eran 65.000 pesetas.
Ya conocía la labor del sindicato (mi padre había sido delegado de CC.OO. en su empresa). Pero mi primera experiencia en el mundo laboral legal (sí, queridas y queridos lectores, aunque os sorprenda, hay un mundo laboral ilegal, otro alegal, otro de explotación, otro fraudulento…) me convenció de la obligación de estar afiliada a un sindicato. No sólo para poder tener un gabinete jurídico que me pudiese defender en lo individual. Si no porque las y los trabajadores sólo conquistamos derechos cuando estamos organizados.
Que haya una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no viene porque haya un gobierno de “rojos” que regale a sus amigos “de los sindicatos” algo para que se callen y no protesten, por ejemplo. Ha sido por la movilización continuada que CC.OO. lideró en las calles todos los días 11 de cada mes, desde septiembre del 2020. Ha sido por la fuerza que da, en una mesa de negociación con el Gobierno y las patronales, ser la Organización con más afiliadas y afiliados de toda España.
Cada vez que se mejoran los salarios, los permisos y se reduce en un Convenio Colectivo la jornada anual es porque hay representantes de las y los trabajadores, bajo las siglas de las Comisiones Obreras, que pelean contra el abuso, la miseria y la mezquindad de patronos que quieren ser más ricos a costa de los lomos de la clase obrera. A las y los trabajadores NUNCA nos han regalado nada, ni los buenos, ni los regulares, ni los malos empresarios (que de todo hay). Todo hemos tenido que pelearlo desde lo colectivo. Y debemos hacerlo así porque juntas y juntos somos más fuertes, nadie se queda sólo o sóla para ser señalada y despedida por exigir derechos.
En este momento histórico tan difícil y complejo, con la economía y el capital más globalizado que nunca, con las relaciones laborales más individualizadas que nunca (tu puesto de trabajo ya está en la mesa de tu comedor), con una pandemia que hace que nos aislemos aún más, con los cambios de modelo energético (en el que las empresas siguen especulando y apretado al bolsillo de las y los usuarios), las y los trabajadores debemos ser más conscientes de nuestra fuerza e inteligencia colectiva. Si las Organizaciones Sindicales son fuertes, con una base afiliativa y de representación en las empresas (con Comités y delegados/as) consciente de las nuevas peleas que nos quedan por vivir, las y los trabajadores del Bajo Aragón, de Teruel provincia, de Aragón y de España seguiremos conquistando más derechos laborales y sociales.
Y podremos seguir proclamando que ¡VIVA LA CLASE OBRERA!!■
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