José Antonio Sola. Economista. |
La actual situación me ha traído el recuerdo de aquellas tormentas de verano en las tardes calurosas.
Después de la tormenta, con el aire limpio, podíamos ver claras las montañas a lo lejos, cuando habitualmente estaban ocultas por la neblina.
Ha tenido que pasar lo que ha pasado, una tormenta, para ver muchas cosas con claridad, con nitidez.
Gente curando y cuidando a los demás olvidándose de sí mismos.
Muchos con contratos precarios habitualmente olvidados…ignorados.
Y la ineficaz conducta de legislar sin tener en cuenta a nadie, ignorar a los colegios profesionales… no informar de lo esencial que se va a regular. Conducta castigada con el fracaso propio de la imprecisión.
Mantener en la urgencia una desesperante e inútil burocracia.
Más aun, amenazar con sanciones a las empresas que presentaran un ERTE incorrecto.
Y hemos visto la maraña cruzada e ineficaz de competencias de las mil administraciones.
Y la dependencia, la angustiosa dependencia de otros países con órganos de decisión lejanos…esperando solidaridad y… caridad.
La claridad impuesta por la desgracia debe servirnos para aprender, no solo para adquirir nuevos conocimientos, sino para adaptar nuestra conducta a prevenir contingencias.
Si nos miramos a nosotros mismos veremos la imprudencia de mantener empresas descapitalizadas, con un capital de tres mil euros, el mismo que había cuando se inició la actividad.
Veremos páginas web olvidadas, que se hicieron hace años y en las que no se ha invertido en su desarrollo, en su publicidad, en “estar” en el mercado. Ahora tan necesarias.
Veremos sistemas informáticos anticuados, sin servidores adecuados para posibilitar el trabajo a distancia.
Y una contabilidad descuidada, que ahora surge como obstáculo para conseguir financiación. Balances desequilibrados a los que no se les ha dado importancia.
Y junto a la valoración de los sanitarios apreciamos que ha surgido con fuerza inesperada la valoración de otra olvidada, la pequeña empresa cercana, la tienda, el taller, el pequeño agricultor, los que mantienen el empleo, los que lo crearán cuando esto pase.
Las palabras autónomo y
PYME han brillado por su abundancia en los textos de prensa. Esperemos que las muchas promesas de facilitar su tarea persistan y creen una nueva forma de pensar, la que surge de este momento en que tantas cosas se han podido ver con claridad y valorar en su importancia.
Esperemos…■
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