Jesús Gan. Ciudadanos Alcañiz |
Estamos ante la posible emergencia sanitaria más importante del último siglo, y es inevitable dedicar unas líneas de reflexión sobre lo que ello está suponiendo en nuestras vidas.
Tomo el mundo habla, escribe, opina, discute, sobre lo que en este momento condiciona nuestras vidas, hasta un punto que al menos yo no me podía imaginar jamás, pero aun así creo que la mejor forma de respetar la situación es hablando sobre ella.
El virus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad que denominamos COVID-19 nos ha puesto en jaque, y él solito ha conseguido cambiar nuestros hábitos más cotidianos y funciones más vitales, hasta el punto de privarnos prácticamente de la propia libertad.
Nos ha metido el miedo en el cuerpo y eso es lo peor que nos puede pasar, no en vano en la fecha que escribo estas líneas ya ha habido en nuestra comarca víctimas mortales fruto del COVID-19. Es algo a lo que lamentablemente tenemos que hacernos la idea para las próximas semanas y ser fuertes.
No sería posible escribir este artículo, sin acordarnos de todos esos profesionales que están haciéndose cargo de la situación, que son muchos y de diferentes sectores, pero especialmente tenemos que acordarnos del personal sanitario y cuerpos del estado. Gracias a ellos la situación está saliendo adelante, y no con poco esfuerzo por su parte.
Como bien digo en el título, la situación es “delicada”, es un momento en el que tenemos que cuidar mucho lo que hacemos y lo que decimos porque de ello depende que la situación entre en un estado fuera de control.
Desde Ciudadanos, y a todos sus niveles, la mayor preocupación y la única línea de trabajo del momento se centra en salvar vidas, y empleos, y no en buscar culpas, o sacar conclusiones precipitadas, para eso ya habrá tiempo
La información que se maneja y las redes sociales son un arma de doble filo si no se administra bien, hay que tener la mente fría para filtrar la información que recibimos y rebotamos. No nos hacemos la idea de lo que se puede envenenar el momento que estamos viviendo si no somos prudentes.
Eso sí, lo positivo del momento y debemos aferrarnos a ello, aunque sea poco, son las enormes muestras de solidaridad y apoyo que estamos viviendo, los muchos pequeños actos de convivencia que desde terrazas y balcones tenemos a diario, la propia vida familiar que hemos tenido que recomponer, o ese tiempo que siempre echamos en falta y que ahora a muchos nos sobra, aunque sea encerrados entre cuatro paredes.
A veces es las cosas más sencillas se convierten en el pilar más fuerte para soportar momentos difíciles…■
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