07 diciembre 2021

#NievesParra - Reflexiones y preocupaciones

Concejales y miembros del PAR Alcañiz en la puerta del Casino de Alcañiz

Reflexiones y preocupaciones


Escuchando a Belle and Sebastián me traslado a mi preadolescencia, no porque los escuchara entonces, si no mas bien porque este tipo de música invita a viajar a otros momentos, (probad y veréis como algo de nostálgica tiene).

Recuerdo aquel tiempo como abismático, por un lado nos creíamos mayores, queríamos hacer cosas de mayores: miradas con aquel chico que te hacia tilín, coqueteo, primer contacto con lo “moderno” si se llevaban Levi's a toda costa querías tus 501. Empezábamos a tener nuestras preferencias respecto a moda, música...

Por suerte teníamos los recreativos. Aquel centro de reunión donde sabíamos que nos encontraríamos día tras día. Las pocas monedas que teníamos las invertíamos en escuchar música (“Walking on sunshine”, “Life is life" y tantos otros grupos .. ).

Pero sin duda el tema de las Vulpes que tanto revuelo causó, periódicos como ABC (1983) decían: “degrada a la sociedad española, subleva al padre de familia, indigna al ciudadano responsable, quebranta la intimidad del hogar, lesiona lo establecido en la Constitución y traspasa los límites de lo tolerable”.

“Me gusta ser una zorra”, era el titulo de la canción en cuestión, incompresiblemente seguía sonando en los futbolines como si nada y el seleccionarla nos hacía sentir tan “mayores”.

Una bolsa de Triskis , unas cuantas partidas en la máquina de Donkey Kong, pero las que triunfaban por haber mayor número, las pinball. Además más económicas y si eras habilidoso duraba más la partida, cuestión de darle rentabilidad a la correla, ni que decir si eras bueno, o eras de los guaperas, te hacían corro y eso te hacia crecer dos palmos más. (Nunca experimente esa sensación.)

Había intercambio de pandillas, allí ibas de una máquina a otra a ver cómo jugaban, te daba igual si era o no de tu barrio, de tu edad, en definitiva aquello era tener una rica vida social... recuerdo todo lo vivido como algo indispensable, para lo que luego experimentaríamos pasados los 16 años, las primeras tomas de contacto con la noche, fiestas del pueblo, del barrio, donde los padres permitían que se alargaran nuestras salidas.

Primeras tomas de contacto con el alcohol. Seguíamos pensado que éramos mayores. En mas de una nos vimos… amiga perjudicada, café con sal, desamores, tragedias griegas… no todo era sencillo, pues se vivía con una intensidad desmesurada.

Ahora pienso en nuestros chavales que han pasado de las fiestas de primaria, donde cada festividad es un carnaval de música. De interactuar como una piña a un macro instituto, con apenas 12 años.

Ahora no les queda otra que buscarse individualmente la vida. Ha cambiado mucho la manera de relacionarse, las nuevas tecnologías hacen que estén mas en sus casas. El jugar en la calle ni existe ni les atrae. No interactúan entre ellos. Si no perteneces a una cuadrilla se veta la entrada, muchos no saben socializar.

Tenemos una responsabilidad como comunidad pero, ¿sabemos cuáles son sus preferencias, sus inquietudes? ¿Qué podemos aportar como sociedad? .

A muchos les vendrá a la cabeza el Centro Joven, pero, sinceramente, si fueseis preadolescentes, ¿os sería atractivo?.

Los chicos de 12 años en adelante no se juntan con pequeños, no les gusta la sobrevigilancia, ni los espacios tan iluminados.(Son tan mayores como nos creíamos nosotros).

De ahí que, por desgracia, la alternativa sean las peñas, donde por más que queramos no les podemos guiar en este cambio tan importante en sus vidas y que marcan tanto para bien como para mal.

Que la edad media en el inicio del alcohol en España sean 13 años, cuanto menos me parece un fracaso como sociedad y, sin dar alternativas, vamos por desgracia directos a cumplir con las estadísticas. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados??

Mi propuesta, un centro acorde a su edad, donde puedan ver, por ejemplo, videos musicales en una pantalla gigante. Reunirse todos independientemente de si son de una cuadrilla u otra, sentirse mayores pero con normas: prohibido alcohol, interactuar un karaoke, por ejemplo. Cada fin de semana una fiesta temática en torno a la música que escuchen y que ellos participen… local¿?

El Casino, bar/restaurante situado en los bajos, sería una buena ubicación.

Ahora sólo falta voluntad. Esta propuesta es, creo, de interés colectivo. Por ellos y por nosotros, se lo debemos a nuestros chicos.

Más compromiso y cultura, que la música siempre esté presente en sus vidas.■

Nieves Parra
Partido Aragonés

 




No hay comentarios:

Publicar un comentario