01 diciembre 2023

Abolición de la pornografía

ALICIA FLORIDO | 01/12/2023
LUCHA FEMINISTA | CYC 108 | PORNOGRAFÍA


Pornografía significa «descripción o ilustración de las mujeres prostituídas o de la prostitución».

Es por eso que este artículo le sigue al de “Abolición de la Prostitución”, porque el feminismo entiende la pornografía como una forma más de violencia contra las mujeres y también la queremos abolir.

Actualmente, existen estudios, investigaciones y datos suficientes como para saber que la pornográfica es una industria criminal, cuyo objetivo es perpetuar el sometimiento de las mujeres y que opera impunemente alrededor del planeta.

Cada vez más asequible y más violento contra las mujeres y niñas, podemos contemplar el porno como el paraíso violento del patriarcado, la escuela de desigualdad más transversal que se haya conocido nunca. Una escuela en la que el deseo masculino se construye gracias a la destrucción de la dignidad de las mujeres.

CONTEXTO HISTÓRICO

Garganta Profunda (1972)

Conocida mundialmente, esta película fue la primera que no se estrenaba sólo en salas de cine X, sino también en salas de cine comerciales. Su éxito fue tal, que aun hoy, en las plataformas de internet que ofrecen contenido pornográfico, su visualización es un reclamo más.

A mi me interesa que nos quedemos con las palabras de la actriz que encarnó el papel principal, la actriz Linda Susan Boreman (Linda Lovelace):

“Cuando ven la película Garganta profunda, están viéndome siendo violada. Es un crimen que la película continúe exhibiéndose; había una pistola apuntando a mi cabeza todo el tiempo”.

Estas declaraciones no impiden que señores del todo el mundo sigan excitándose viendo una película en la que una mujer tiene el clítoris en la garganta. Que lo absurdo no le reste importancia.

Esta es la cruda realidad que empuja a las mujeres siempre, la coacción, las amenazas y el miedo. Por supuesto la tranquilidad moral de los hombres que idean, realizan y consumen estas violaciones grabadas son el gran motor del negocio criminal del porno.

¿Es el placer sexual sólo para los hombres?

Por primera vez en la historia, asistimos en directo a un retroceso en los derechos de las mujeres impulsado por el conocimiento. El nacimiento, la vida y la muerte del placer sexual de las mujeres.

Hasta nuestras abuelas, o incluso madres (según la edad de éstas), el placer sexual de las mujeres era un tabú, cuando no un castigo. Esto nos presentaba mujeres que, en su edad más anciana, no habían conocido lo que es un orgasmo. Sólo habían sido objetos al servicio del placer sexual del hombre. El sexo no era para ellas, sino para ellos.

El movimiento feminista señaló, a mitad del s.XX la injusticia del caso y todas las mujeres, feministas o no, se pusieron manos a la obra con la reivindicación por el placer sexual. Poco a poco, estudiaron el clítoris, desmitificaron la menstruación y la virginidad, llegó la autoexploración, la masturbación, el universo del placer se nos abría por fin. Las mujeres empezaron a ser exigentes con sus compañeros sexuales y, al fin, pudieron conocer a ese gran desconocido por todas, el orgasmo.

Pues bien, esto está acabando, gracias al porno, mujeres de mi generación, estamos viendo cómo se coloca sobre nosotras la otra parte del “sándwich generacional” de la insatisfacción sexual de las mujeres, esta vez desde el conocimiento más ilimitado que haya conocido ninguna vez el ser humano en toda su historia. Las adolescentes no disfrutan del sexo. Ellas, otra vez.

Los estudios más recientes nos enseñan cómo la sexualidad de nuestras mujeres más jóvenes queda reducida al placer de los hombres, OTRA VEZ, gracias a la escuela de desigualdad y violencia que es la pornografía. Las adolescentes explican las relaciones que mantienen como actos desagradables y violentos en los que lo único que esperan que pase es que él eyacule rápido para que se de todo por terminado.

La violencia sexual se ha normalizado entre las generaciones más jóvenes. Chicos que sólo se erotizan agrediendo o viendo cómo otros agreden es el pan nuestro de cada día. Existe una relación directa entre el aumento de pornografía violenta y humillante con los casos reales de manadas de chicos que agreden y graban los hechos como si de actores porno se trataran.

¿A QUIÉN LE PREOCUPA?

Religión

Esto es algo que le preocupa incluso a la iglesia, no que las mujeres más jóvenes entren en su vida sexual con miedo y aburrimiento, sino los comportamientos violentos y pedófilos que provoca la pornografía en sus miembros del sexo opuesto. Les preocupa la plasticidad de sus preciosos cerebros y llevan años invirtiendo recursos para alertar de los peligros que conlleva el consumo de pornografía (en ellos). Adicción, la iglesia tiene claro que la pornografía genera adicción y perversión y por ello intenta prevenir a sus hombres del mal, pero, ¿existen otras instituciones preocupadas por los efectos devastadores que tiene el consumo de pornografía? ¿Combatir la pornografía es más lícito que combatir la pederastia dentro de sus filas?

El caso Británico

En 2007, a partir del asesinato de una actriz de películas sexuales por asfixia erótica, el gobierno británico planteó una ley que consideraba delito la posesión de material pornográfico extremo, según informa Steve Jones y col. Esto favoreció la creación de organizaciones que luchan contra el contenido violento y pederasta que existe en internet.

En 2018, salió un informe que aseguraba que, cada cinco minutos los miembros de la organización británica Internet Watch Foundation (IWF) encuentran en internet una imagen o un video de abusos sexuales a niños.

“Es algo que nadie quiere leer o entender, pero es real”, aseguran. “A pesar de que eliminamos más imágenes que nunca, y a pesar de utilizar algunas de las principales herramientas tecnológicas, el problema está lejos de resolverse”, explicó Susie Hargreaves, directora ejecutiva de IWF, en un comunicado para anunciar la publicación de su informe. Hargreaves cree que la causa principal del problema es la demanda.

NUESTRA REALIDAD

En el marco de la celebración del 25N, día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, tuvimos la suerte de disfrutar de la visita de la educadora social Marina Marroquí, tanto en nuestro instituto de Alcañiz, como más tarde en el teatro presentando su monólogo “Esto no es amor”.

“La gran clave del problema es el tipo de pornografía que consumen los menores de esta generación: es sádico y de extrema violencia”, asegura Marroquí. Lo que tiene un impacto en la educación sexual de los menores. “Los niños normalizan la violencia sexual y la llaman sexo: hablo de insultar, escupir, de coger del cuello hasta casi asfixiar… Así me cuentan muchos que están siendo sus primeras prácticas sexuales”.

Marroquí, autora también de los libros Esto no es sexo y Esto no es amor, explica que el contacto temprano con contenido tan violento afecta a la empatía. “El 88% del porno que consumen contiene violencia física contra las mujeres, en muchos casos extrema, un contenido hecho para asustar, no para excitar”, alerta la educadora e insiste en que este tipo de pornografía concibe nuevas generaciones de chicos que no son capaces de sentir el dolor de las mujeres.

La violencia ejercida de los hombres contra las mujeres encuentra en el porno su paraíso terrenal.

La pornografía es un espacio virtual en que los hombres siguen teniendo absolutamente todos sus privilegios sobre las mujeres.

SIN MORAL NO HAY CULPA

Debemos preocuparnos y ocuparnos de la desconexión moral que padecen las personas más jóvenes de nuestra sociedad. El futuro se torna negro si no nos hacemos cargo de desmontar todo esto que les están enseñando: que la violencia es sexo, que la humillación es sexo, que la eyaculación masculina es sexo y que eso lo es TODO.

No dejemos ningún hueco para la violencia, ni en nuestros barrios, ni en nuestros cuerpos, ni en nuestras camas. El respeto y el deseo como base para relaciones sanas, con los otros y con nosotras mismas.

En palabras de Mónica Alario Gavilán: “La abolición de la pornografía es un paso imprescindible en el avance hacia sociedades verdaderamente igualitarias en que todas las mujeres y todas las niñas puedan disfrutar, por fin, de su legítimo derecho humano a una vida libre de violencia”.■

Alicia Florido         
Militante feminista


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