28 enero 2024

Renovables con criterio y sin especulación

JAVIER OQUENDO 01/01/2024
CYC 109 | DEBATE DEL MES | EL FUTURO DE LAS RENOVABLES EN EL BAJO ARAGÓN 


El debate generado en Aragón sobre las renovables no es de si se está a favor o en contra, como se quiere hacer ver de forma malintencionada en algunas ocasiones, pues todas las personas implicadas son favorables a la descarbonización, la implantación de las energías renovables, la lucha contra el cambio climático y a una transición justa. Además, son, somos, gente que hemos luchado por un nuevo modelo energético desde hace muchos años, no como las empresas petroleras, que se han convertido de forma instantánea.

La gran ventaja de las energías renovables es su capacidad de implantación distribuida y en proximidad al lugar en el que se va a consumir la electricidad, cosa impensable con las grandes centrales hidroeléctricas, térmicas y nucleares. La posibilidad de ser productor y consumidor capacita la autogestión y el control del consumo a los ciudadanos, a la vez que les convierte en pequeños productores con capacidad de evacuar los excedentes a la red de distribución para abastecer a territorios sin capacidad de generación. En definitiva, pone la energía al servicio y en manos de las personas. Este es el Modelo por el que apostamos desde la Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel.

Frente a este modelo, el sistema que se está imponiendo se basa en mantener en manos del oligopolio eléctrico la generación y la distribución de la energía, y el control sobre los consumidores. Además, se favorece un esquema de negocio especulativo en el que se limitan los puntos de conexión a la red de distribución eléctrica. De esta manera, quienes los controlan tienen la capacidad de vender sus proyectos obteniendo beneficios enormes. Los clientes son fondos internacionales que desean rentas a corto plazo, o inversores extranjeros.

Esta implantación acarrea varios problemas en el medio rural, que es donde se ejecutan estas macro instalaciones. La biodiversidad queda dañada de manera severa, pues se acaba con especies que en algunos casos están en peligro de extinción, como se ha visto recientemente con la pérdida de rocines y águilas perdiceras. Las actividades agrarias se ven afectadas por la ocupación de suelo agrícola, ganadero y forestal. El turismo queda impactado por la pérdida de espacios naturales y la degradación del paisaje. Todo ello devalúa el valor de los bienes inmuebles de los vecindarios, que sufren una suerte de expropiación de su modelo de desarrollo al reducirlos a un monocultivo colonial.

Es cierto que los macroproyectos reportan ingresos por licencias de obras y alquileres, pero estos no suelen revertir la despoblación, sino que la incrementan según se desprende de los datos del Instituto Nacional de Estadística de localidades donde se han instalado este tipo de centrales. Se da la paradoja de pueblos con recursos económicos, pero sin habitantes, a la vez que se incentiva el rentismo: en ocasiones los alquileres van al bolsillo de propietarios urbanos mientras que se expulsa a quien trabaja la tierra.

Para minimizar los efectos negativos de la implantación de las renovables se deben priorizar los espacios urbanizados, antropizados y degradados por actividades industriales o extractivas. Esto significa ocupar con placas fotovoltaicas las azoteas de las ciudades y los tejados de los polígonos industriales y de equipamientos públicos como colegios o polideportivos. Las infraestructuras de energía solar y eólica deben instalarse, igualmente, en zonas periurbanas, en espacios mineros degradados y abandonados, y en márgenes de carreteras y autovías. En definitiva, la última opción debe ser artificializar el suelo agrario y los hábitats naturales, exactamente lo contrario de lo que se está haciendo por parte de las Administraciones Públicas, una irracionalidad que beneficia a las grandes empresas mientras que multiplican los impedimentos a los pequeños productores, que deben asumir procesos de concesión de permisos eternos.

Cuando se afirma “Renovables sí, pero no así”, es esto lo que se está diciendo. Las acusaciones de egoísmo, retardismo o de ir contra el progreso son bombas de humo que, a lo mejor, ocultan intereses poco acordes con una transición a las renovables que ponga en manos de la ciudadanía su desarrollo y acabe con el peaje de los especuladores y del oligopolio, además de tratar de confundir a la sociedad.■

Javier Oquendo   
Portavoz de la Plataforma a favor de los paisajes de Teruel

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