01 julio 2022

#JoséMiguelCelma - Que será después, ¿conducir por la izquierda?

José Miguel Celma
Concejal Torrecilla de Alcañiz. Portavoz PP Comarca del Bajo Aragó


Que será después, ¿conducir por la izquierda?


Hablar del asombro es hacerlo de uno de los sentimientos más particulares que vive el ser humano. Siempre está ahí, aunque segundos antes no cuentes con que va a aparecer. De ahí su particularidad y sorpresa. Es capaz de evidenciar con su mera presencia que hemos sido capaces de hacer posible lo imposible, de convencer de algo absolutamente increíble o vete tú a saber el qué.

No siempre el asombro está vinculado a una experiencia positiva, a un logro alcanzado a base de un gran esfuerzo y dedicación. También tiene su lado negativo cuando es fruto de una situación que nunca pensarías que verías con tus propios ojos, pero que te encuentras sumida en ella. Pero como dice el ideario colectivo y el sabio refranero español, la realidad es capaz de superar la ficción.

Porque parece verdaderamente ficción que un ciudadano catalán tenga problemas para estudiar el castellano en la escuela. Es así porque se está coartando el derecho de todo español a aprender en la lengua común de nuestro país y que está reconocido en la propia Carta Magna. Pero claro, ese documento para un independentista catalán no es más que un amplio documento al que no hacer caso, sino más bien vejar reiteradamente.

¡Qué sucede con la Comunidad Autónoma situada al este de nuestro querido Aragón! Parece que se sienten especiales, aunque ninguneados. Son una de las regiones con mayor representación en el Congreso de los Diputados, siempre las formaciones nacionalistas o independentistas han tenido mucho peso a la hora de decidir y apoyar a los gobiernos españoles, y de ello se han beneficiado presupuestariamente. ¿De qué se pueden quejar en comparación con otros territorios que tenemos grandes dificultades para ver satisfechas nuestras reivindicaciones históricas? Como ejemplo la A-68...

La capacidad de asombro está consiguiendo que lo inexplicable se convierta en normal. Pero no porque haya cambiado el sentir general de la ciudadanía, más bien porque ya nos hemos acostumbrado a ver en reiteradas ocasiones ejercicios mayúsculos de cinismo e ilegalidad, permitidos y tolerados por la persona que hoy reside en La Moncloa, por obra y gracia de independentistas y proetarras. Qué será después, ¿conducir por la izquierda?■

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